Misionando en Tierra Sagrada
En la anterior nota, he presentado a una imagen de Dios santiagueña, muy significativa para mí.
En el año 2016 comencé con un grupo de tres amigos a misionar aquella escuela hallada a través del monte: la escuela n° 329, en el paraje Vacasnioj, cercanía con Icaño, pueblo de Santiago del Estero.
Se trata de una misión pedagógica-misionera que realizan dos profesorados, de nivel terciario, alumnos de las siguientes carreras: "Profesorado en Ciencias Sagradas"; "Profesorado en Educación Inicial" y "Profesorado en Educación Primaria".
Un micro completo de alumnos, viaja hacia aquellos pagos a realizar esta experiencia única y significativa en el camino vocacional que es la docencia. Nos dividimos en grupos, y somos destinados a distintos parajes cercanos al pueblo. Cada paraje consta de una escuela que nos recibe, abren sus puertas y sus aulas para dejarnos desarrollar con ellos toda la pedagogía, contenidos, e ideas que hemos trabajado a lo largo del año y que hemos aprendido en el profesorado.
A la mañana de cada día, nos dedicamos al aula, a las clases a ese compartir. Nosotros con mi grupo, como somos próximos catequistas, dedicamos las tardes a un espacio pastoral, en donde acompañamos a los chicos al conocimiento personal del misterio de amor mas grande de todos, los acompañamos en el conocimiento de Jesús.
En esto se basa la misión, en compartir.
En el año 2016 comencé con un grupo de tres amigos a misionar aquella escuela hallada a través del monte: la escuela n° 329, en el paraje Vacasnioj, cercanía con Icaño, pueblo de Santiago del Estero.
Se trata de una misión pedagógica-misionera que realizan dos profesorados, de nivel terciario, alumnos de las siguientes carreras: "Profesorado en Ciencias Sagradas"; "Profesorado en Educación Inicial" y "Profesorado en Educación Primaria".
Un micro completo de alumnos, viaja hacia aquellos pagos a realizar esta experiencia única y significativa en el camino vocacional que es la docencia. Nos dividimos en grupos, y somos destinados a distintos parajes cercanos al pueblo. Cada paraje consta de una escuela que nos recibe, abren sus puertas y sus aulas para dejarnos desarrollar con ellos toda la pedagogía, contenidos, e ideas que hemos trabajado a lo largo del año y que hemos aprendido en el profesorado.
A la mañana de cada día, nos dedicamos al aula, a las clases a ese compartir. Nosotros con mi grupo, como somos próximos catequistas, dedicamos las tardes a un espacio pastoral, en donde acompañamos a los chicos al conocimiento personal del misterio de amor mas grande de todos, los acompañamos en el conocimiento de Jesús.
En esto se basa la misión, en compartir.
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